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sábado, 21 de marzo de 2015

CALAMARES A LA ROMANA


Los calamares a la romana son una tapa de lo más famosa en todos los bares. Cada uno tiene su propia receta. Unos hacen los compran ya rebozados, otros preparan un sencillo rebozado con harina y huevo, algunos usan fórmulas ya preparadas, y otros van un paso más allá y consiguen un rebozado esponjoso, crujiente y ligero. Si les preguntas, ninguno tiene secreto, pero os aseguro que el secreto existe, aunque el cocinero está tan acostumbrado a hacerlos que no les ve misterio ninguno.

Esta receta que os voy a proponer la hace mi querida suegra. El día en que los probé, me di cuenta de que había descubierto algo nuevo. Tiene una mano para los calamares que sorprendería al mejor de los chefs. Ella me reconoció que la receta la obtuvo "en secreto" cuando se la preguntó, en confianza, al dueño de un bar donde solía comerlos. Parece ser que la "fórmula secreta" tampoco era tan secreta, pero la consiguió y, lo que es mejor, consiguió reproducirlos con ese punto crujiente y ligero que los caracteriza. Ligero porque abulta mucho y comes poco, pero sigue siendo un frito, eh!

Ingredientes:


Calamares en anillas (400 g)
1/2 vaso de leche
1/2 vaso de agua
harina de trigo
sal
una cucharadita de levadura química
aceite para freír



Preparación:

En un bol, verter el agua, la leche y un poco de sal. Añadir harina, poco a poco, y la levadura hasta conseguir una masa con textura cremosa y un poco espesa. La harina se añade a ojo, la que admita. Esto es muy gracioso, porque cuando se trata de admitir, algunos conseguimos una masa más parecida al cemento que a la crema. Te dejo una imagen para que veas la textura, pero el vídeo es mucho mejor para hacerte a la idea.

Mientras la masa reposa, se cortan las tiras de calamar en dos o tres tiras para que resulten muy finas y se les añade la sal correspondiente. Éste es el secreto para que la masa no se separe del calamar y no se quede crudo al freír.

Se lleva al fuego la sartén con abundante aceite y, cuando está bien caliente (ojo que no llegue al punto de humo porque entonces hay que tirarlo porque es malísimo), se coge una tira de calamar con la mano y se deja en el aceite. No hay que poner demasiados en cada tanda para que no se enfríe. Cuando se han dorado, se dejan en un plato con un papel absorbente para quitar el exceso de aceite. Servir con limón. 


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